La segunda versión del diplomado Microcuradurías, organizado por la Corporación Cultural SACO, culminó con 11 nuevos curadores latinoamericanos, luego de un proceso de co-construcción de aprendizaje junto a una veintena de docentes de diversas áreas del conocimiento.
Tras siete meses de clases virtuales y módulos presenciales intensivos, el 18 de octubre se dio cierre al diplomado, que forma parte de la programación de SACO, presentada por Escondida | BHP y financiada por el Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras, PAOCC, del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
A la ceremonia de finalización asistieron los 11 estudiantes que culminaron de manera exitosa el proceso. Días previos a la entrega de diplomas, los participantes provenientes de Brasil, Perú, Argentina y diversas ciudades de Chile participaron del módulo final del diplomado, que incluyó clases teórico-prácticas dictadas por la artista, curadora, investigadora y educadora brasileña, Yana Tamayo y la doctora en artes, actriz y directora del colectivo artístico El cuerpo habla de Colombia, Ángela Chaverra; además de la presentación de sus proyectos finales y la preparación de la acción performática colectiva que se desarrolló en el Parque Ecorayen.
Los estudiantes ya habían compartido de manera presencial en julio, durante el módulo intensivo realizado en el observatorio Paniri Caur, ubicado en la localidad de Chiu Chiu, donde ejecutaron una acción efímera guiada por los docentes Julio Escobar, Romina Yere y Rodrigo Gómez Rovira. Esta semana de trabajo dio vida a la exposición virtual ¿Cuándo una fotografía pierde la memoria?, muestra que reúne una selección de fotografías capturadas en el taller La imagen tangible, dictado por el fotógrafo Rodrigo Gómez Rovira.
Sobre el diplomado, la directora de SACO, Dagmara Wyskiel, destaca que es “una alternativa concreta a los sistemas de la educación de arte con estructuras añejas y centralizadas, ese el objetivo de este diplomado. Estamos felices que hoy parte a ejercer esta difícil labor una nueva generación, muy comprometida con sus territorios y temáticas locales. Cada uno de ellos es un grano de arena para impregnar el arte en la vida, en su rincón en Latinoamérica”.
“Contar con estudiantes de otros países es altamente gratificante ya que demuestra la importancia de SACO para fortalecer el arte sin fronteras ni sesgos, dando cabida a la concientización, educación y creación desde investigaciones transdisciplinarias y a la transformación social que van desde el desierto de Atacama hasta los territorios que habitamos. Agradezco a los maestros por cada clase, ya que son conocimientos que perdurarán en el tiempo. No es fácil enseñar arte, pero la misión está cumplida”, fueron las reflexiones de Pedro Clavería, estudiante que estuvo a cargo del discurso final en representación de sus compañeros de generación.
De esta manera culminó este programa de especialización, enfocado en el entendimiento y práctica de la curaduría de arte contemporáneo, cuyo objetivo es transformar al Desierto de Atacama en un polo internacional y punto de encuentro, en línea con los objetivos de SACO de generar espacios propicios para incentivar el pensamiento crítico, apostando por la descentralización y deselitización de la práctica curatorial.